2 de noviembre de 2008

Philippe Pinel (1745 - 1826)

Considerado el fundador de la psiquiatría en Francia, Philippe Pinel nació el 20 de abril de 1745 en una familia de médicos, en Jonquières, cerca de Castres (Tarn). Hizo sus estudios clásicos en el colegio de Lavaur, y luego los religiosos en el de la Esquille en Tolosa. Pero pronto dejó la sotana para estudiar medicina, también en Tolosa, donde se recibió de "doctor" el 21 de diciembre de 1773, a los 28 años de edad. Desde el año siguiente, partió rumbo a Montpellier, para perfeccionarse en el arte médico. Conoció allí a Chaptal siendo estudiante aún, y estudió la nosografia de Boissier de Sauvages, además de seguir las enseñanzas de Barthez. No presentó una nueva tesis, pero sí redactó varias harto mediocres que vendía a estudiantes más ricos pero poco escrupulosos. En 1778 fue a París con la esperanza de hacer carrera. Pero sus comienzos en la capital fueron bastante modestos: sobrevivió gracias a lecciones particulares de matemáticas y la redacción de artículos médicos de circunstancias. Esta actividad de periodista le permitió asumir en 1784, la dirección de la Gazette de Santé, que le pasó J. Paulet. Tradujo las medicina práctica del escocés Cullen en 1785, obra que copió ampliamente en su Instituciones de futura philosephique. En 1788, hizo una nueva edición comentada de las Œuvres Médicales de Nosographie Baglivi. Al principio no ejerció la medicina de clientela. Solo desde 1786 trató a algunos enfermos mentales en el manicomio del señor Belhomme sito en la calle de Charonne y reservado a pacientes de dinero. Como en el Antiguo Régimen no le fue muy bien que digamos (sus diversos intentos académicos y su anhelo de obtener un cargo de médico de "Mesdames" las tías del rey Luis XVI, habían terminado en fracasos) siguió con entusiasmo el movimiento revolucionario de 1789. Sin embargo, se volvió burgués "moderado" cuando llegó el Terror, durante el cual se hizo nombrar, gracias a Thouret, que lo apreciaba, médico en el hospicio de Bicêtre. Desempeñó estos cargos desde el 11 de septiembre de 1793 hasta el 29 de abril de 1795. Fue en el "séptimo empleo" reservado para los insanos donde observó el trabajo del celador Pussin y comprendió la importancia del tratamiento moral en su dimensión institucional. En aquel lugar dantesco, que sirvió de escena al famoso mito de la liberación de los alienados de sus cadenas, al parecer se contentó con un papel de observador prudente, dejando a su celador las iniciativas terapéuticas y administrativas más numerosas. Ferviente partidario de la reacción thermidoriana, siguió su destino triunfal. Nombrado profesor adjunto de física médica y de higiene en la nueva Escuela de Salud de París, el 14 de diciembre de 1794, sucedió desde el año siguiente a Doublet en la cátedra de patología interna (médica). Fue, desde el 18 de mayo de 1795, médico jefe en la Salpêtrière donde prosiguió su carrera hasta su muerte. Miembro del Instituto en 1803, formó parte de la primera hornada de los condecorados con la Legión de Honor creada por Napoleón, que en 1805 lo nombró "Médico Consultor del Emperador". Sirvió al Imperio, y después a la Restauración que lo condecoró con la Orden de Saint Michel en 1818. A pesar de su oportunismo político, fue destituido en 1822 de su cargo de profesor por el ministerio a cargo de Corbière. Los últimos años de su vida se vieron ensombrecidos por esta destitución y por los despilfarros de sus hijos Scipion y Charles, cuyas numerosas deudas pagó. Reblandecimientos cerebrales sucesivos, a partir de 1823, lo sumieron poco a poco en la demencia arteriopática, de lo que murió el 25 de octubre de 1826.


Ante todo, Pinel figura en la historia de la medicina como nosógrafo y clínico. Desde la primera edición de su Nosographie philosophique ou Méthode de l'analyse appliquée a la mèdecine, aparecida en 1798, claramente más inspirada por Cullen que por Bossier de Sauvages, el médico de la Salpêtrière basó su clasificación de las enfermedades menos sobre los síntomas que sobre los órganos lesionados. Esta se apoyó en el método analítico aportado por naturalistas como Linneo, Daubenton, Jussieu, y por anatomistas comparados como Cuvier. Ejerció influencia, quizá exagerada, sobre el desarrollo de la anatomía patológica, de la que los trabajos de Xavier Bichat representaron la primera etapa francesa, pues en Inglaterra Hunter y sus sucesores estaban ya considerablemente adelantados en este campo. Para las "vesanias" o enfermedades mentales, Pinel siguió el orden establecido por Cullen, resintiendo evidente malestar al hacerla ingresar en la nosografía médica.

Por lo demás, presentó una clasificación muy diferente de las vesanias en su célebre Traité mèdico-philosophique sur l'aliénation mentale, cuya primera edición (1801) se centró en torno a la "manía", enfermedad mental que para Pinel fue el modelo más típico y más frecuente. En primer lugar, reconoció que las causas de la alienación eran o bien ''predisponentes" (en gran parte hereditarias) o bien "ocasionales" (papel importante de los sucesos externos y de las emociones violentas). Pero Pinel no creyó en la organogénesis cerebral directa; pensó que las lesiones cerebrales eran graves y que acarreaban trastornos serios en el plano vital, y definitivos. Mediante el concepto por demás ambiguo de "simpatía", considero que los trastornos mentales eran consecuencia de afecciones viscerales, provocadas estas, a su vez, por las emociones y las pasiones. En cierta manera, se trataba de una teoría periférica de las emociones que prefiguró a las de James y de Lange. Los discípulos de Pinel, Esquirol y sobre todo Georget, criticaron esta concepción confusa de una especie de órgano génesis secundaria. Y es que su maestro se situó, en el plano filosófico, en la encrucijada de un empirismo sensualista heredado de Condillac, del materialismo por demás simplista de Cabanis, y de las corrientes espiritualistas, de las cuales el biranismo representó el resurgimiento, en pleno confusionismo, de la frenología naciente. Revisada en la segunda edición de su Traité médico-philosophique (1809), que ya no llevaba el subtítulo de "La manía", su clasificación de las enfermedades mentales se realizó finalmente en el nivel del comportamiento, yendo desde la perturbación psíquica más ligera hasta la mas grave. De tal modo, comienza por la simple melancolía o delirio parcial "dirigido sobre un solo objeto" que antecede a la manías o delirio generalizado con su forma particular de "manía furiosa sin delirio". Después vienen la demencia o debilitamiento intelectual generalizado: "No hay juicio ni verdadero ni falso; las ideas parecen estar aisladas y en verdad, vienen unas después de otras, pero sin que exista la menor asociación entre ellas..." Por último, tenemos el idiotismo, grado último de la vesania, "abolición total de las funciones del entendimiento". El idiotismo que puede ser de nacimiento o adquirido se convertirá ulteriormente en la "demencia aguda" con Esquirol, en la "estupidez" con Georget y en la "confusión mental primitiva" con Chaslin.

Pinel, pragmático antes que nada, ejerció influencia considerable sobre la organización del tratamiento de los alienados. Aunque haya desarrollado el "tratamiento moral" ya aplicado por los médicos ingleses, al demostrar que hay siempre en el alienado trazas de razón que permite restablecer en una especie de alianza terapéutica, el diálogo interrumpido por la locura, se interesó sobre todo en la reglamentación de la institución hospitalaria psiquiátrica a la que se llamaría "asilo". Se puede comprobar que la segunda edición de Traité médico-philosophique comprende más de doscientas páginas nuevas dedicadas a exponer su experiencia institucional en Bicêtre y sobre todo en la Salpêtrière. Demostró la importancia de las relaciones con el ambiente familiar, el medio, los otros enfermos, en el desencadenamiento, la persistencia, el agravamiento de la enfermedad mental. Hizo hincapié en la disciplina, la regulación de la vida de los enfermos, su clasificación rigurosa, el aislamiento de los más peligrosos. Insistió en la necesidad de que el médico participase en la administración hospitalaria. Los tratamientos medicamentosos tuvieron para él sólo importancia secundaria. El médico alienista tenía que ser ante todo observador y director que organizase y reformase constantemente la red de relaciones en su servicio. Puede decirse que Pinel, con tales concepciones, y por intermedio de su discípulo Esquirol, fue el verdadero precursor de la formulación de la reglamentación psiquiátrica, que encontró su marco legal definitivo en la ley promulgada en Francia el 30 de junio de 1838, menos de doce años después de su muerte.

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